viernes, 7 de marzo de 2014

Encuentro con Miguel Sáez Carral



El pasado 25 de febrero (sí, sí, me he retrasado un poquito :P) tuve el placer de conocer a Miguel Sáez Carral en un encuentro que tuvo lugar en El Terral, un bar de Madrid. Nos presentaba su novela Apaches, una historia basada en hechos reales que el autor ha publicado ahora pero que llevaba tiempo queriendo sacar a la luz. Su historia, en la que él es el protagonista.

Era un encuentro para bloggers, pero no al uso. Cuando llegamos,  fuimos a la planta baja del bar, donde había un sofá en el que se sentaron Miguel y su editora, y todos los demás nos sentamos alrededor.



Miguel nos contó que esta novela es su versión de los hechos, ya que todo el mundo tiene una versión. Nos cuenta que la trama del libro es real, pero cuando lo escribió no era literario; es decir, es “una trama real llevada a lo literario”.

Le preguntan a Miguel si todos los personajes que aparecen son reales, a lo que él contesta que sí, pero que no todos cumplen con el papel que tienen en la novela.

La verdad es que en todo momento Miguel se mostró receptivo, contestó a todo sin dudar, pero siempre que tocaba el tema de su padre se le trababan las respuestas. Llevaba mucho tiempo queriendo sacar a la luz esta historia, pero siempre tuvo claro que no la sacaría mientras su padre viviera, ya que no quería que sufriera al tener que revivir la historia de nuevo. Se nota que Miguel tiene en un pedestal a su padre, tanto en la novela como en la vida real… Y es que ¿hasta dónde llegaríamos por nuestros padres? Miguel llega muy lejos, y la verdad es que aunque el fin no justifica los medios, en este caso esta afirmación es muy banal. Una vez hubo escrito su propia historia, como lo cuenta tal y como lo vivió, nos dice que antes de publicar nada, pidió permiso a sus hermanas, porque también es una historia que les toca muy de cerca a ellas. En cuanto obtuvo su permiso, se decidió a publicarla.

Nos dice que no le cuesta contar esta historia, en el sentido de que lleva toda la vida contando historias, pero reconoce que le causó dolor escribirla y que incluso a veces tenía que parar porque se le empañaban los ojos al recordar todo lo que vivió.

Cuando la gente que le conoce lee la novela, piensa que hay más ficción que real, cuando todo lo que hay es real, e incluso él mismo reconoce que algunas cosas las ha tenido que “maquillar” para que fuera más verosímil (nos pone el ejemplo de que el dinero que pierde en la novela es muchísimo menos del que pierde en la vida real). Lo que nos dice el autor es que “no importa lo duro que sea el golpe, de todo se sale”.               

Le preguntaron a Miguel si consideraba que su novela pertenecía al género negro, y el mantiene que no, que es una novela de amor, de círculos de amor concretamente. Amor por su padre, amor de su padre por él, amor hacia sus hermanas, hacia sus amigos… una novela de amor al fin y al cabo. También que es una novela dramática: “Apaches es una novela que deja posos. Necesitas tiempo para asimilar lo que has leído”. En mi opinión (y en la de muchos de los que estábamos allí), un buen libro es el que te deja pensando cuando acabas de leerlo, es aquel que tienes que asimilar, y que tienes días y días en la mente, resolviendo los conflictos que se te crean al leerla. Y os adelanto que Apaches es una novela de este tipo. Por desgracia no he podido acabarla aún, pero si todo va bien tendréis la reseña el día 17 sin falta. Y de hecho, sin hacer la reseña os recomiendo que vayáis a vuestra librería más cercana y la compréis, y la leáis. Tranquilamente, porque no es una novela que te puedas meter de carrerilla... necesitas tus momentos, y por eso yo no la he acabado aún, porque tengo que ir poco a poco para poder encajar los golpes que se dan, los giros, y los malos tragos.

Si os asusta que la novela sea larga, fijaos lo que dice el autor: “El manuscrito era más largo de lo que es la novela ahora mismo. Necesitaba a alguien que me ayudara a acabarlo, porque aún necesitaba pulir el final”.

Por último, le preguntaron a Miguel cuál fue la parte más dura de escribir, y tras pensárselo un momento dijo que las conversaciones con su padre fue lo más duro de revivir.

A la pregunta de si se animará a seguir con la novela, dice que sí, porque tiene otra gran historia que contar. Miguel es guionista (ha sido guionista jefe de Sin tetas no hay paraíso, y también de Al salir de clase). Dice que le da igual escribir guiones o novelas, que a él lo que le gusta es contar historias, pero también dice que en un guión es más complicado poner todo lo que quisieras porque hay que tener otras cosas en cuenta. Pero aún así, a la pregunta de si le gusta más escribir guiones o novelas, dice que no es que le guste más uno u otro, que le gusta eso: contar historias; pero con Apaches siente algo que “no ha sentido escribiendo nada más”.

Acabando ya con la crónica, he de deciros que cuando supe que Miguel había sido guionista de Al salir de clase, aplaudí internamente (me considero fan de la serie); pero desde luego, descubrirle como novelista ha sido un gran hallazgo, porque tiene una prosa tan realista, que no cuesta nada leer. Y que no os asuste que sea extensa, porque realmente se leería en un momento, porque la progresión que lleva es muy ágil. Aunque en este caso he de reconocer que es mejor disfrutar poco a poco de ella, y leérsela en pequeñas partes para poder absorber toda la esencia que nos quiere transmitir el autor.

Fue un verdadero placer compartir esas horas con él y con los demás bloggeros. Especialmente con uno que me gustó conocer, porque es compañero de Momentos de silencio compartido, Pedro, de El búho entre libros. Un placer conocerte y un placer compartir con todos este encuentro.


4 comentarios:

  1. Gracias por contárnoslo, debió ser muy interesante, besotes

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  2. Qué suerte poder acudir a este tipo de actos, por aquí no suele haber. A mí también me gustaba mucho Al salir de clase :)
    Besos

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  3. Gracias por la crónica! Cada vez le tengo más ganitas a esta novela.
    Besotes!!

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