ENTREVISTA A PABLO TOBÍAS
El pasado 5 de febrero tuve la
oportunidad de asistir a la presentación de El
corazón del bambú, la primera novela de Pablo Tobías. Enseguida me recibió
y estuvo muy amable todo el tiempo. Tras acabar la entrevista, la sala se
preparó para una exhibición de kendo que hicieron unos amigos del escritor, y
tras esta exhibición —muy interesante y también impactante—, se dio paso a la
presentación del mencionado libro.
Presentación de la novela |
Exhibición de kendo |
Lo primero, el libro muy bueno. Muchas felicidades y muchas gracias por
hacérnoslo llegar.
Muchas gracias
¿Por qué El corazón del bambú?
Porque imagino que tendrá algo que ver con el kendo.
Me parecía un título que aunaba a
la vez el corazón como cuestión de amor y romanticismo, pero sobre todo un amor
global. Lo que empieza como un amor romántico en la novela acaba en un amor
distinto.
¿Trágico?
Tampoco trágico, pero distinto.
El corazón del bambú hace referencia,
efectivamente, a las espadas, los shinai,
que son de bambú; y también tiene que ver con
llegar a algo que por fuera además es duro, es fuerte.
¿Y el kendo? ¿Has hecho kendo? Porque es más que evidente que está muy
reflejado en la novela.
Sí, sí he hecho kendo. He
practicado algo y me he documentado mucho, sobre todo en la teoría del kendo,
porque todos mis amigos lo han hecho y lo siguen haciendo; de hecho aquí están
[hubo una exhibición de kendo en La casa del libro de Madrid, donde presentó
Pablo su libro]. Entonces siempre he sabido mucho, he tenido la suerte de ir de
viaje a Japón para ver kendo y ver
entrenamientos con explicaciones de grandes maestros de allí. Entonces me gustaba mucho porque es un arte marcial que
desde el punto de vista filosófico tenía algo que era interesante de contar.
Esto del Ki Ken Tai, la unión de
todo, que además te hace dar el golpe definitivo, que te hace avanzar; y además
porque es muy visual y está muy poco contado. El kendo es desconocido, aquí en
España sobre todo.
Reflejas mucho en el libro los proverbios, la cultura japonesa…¿eso tú
lo sabías de antemano?
Algunas cosas sí, otras no. Pero
quería hacer una narración muy japonesa en ese sentido. Captar mucho el
espíritu. En su día a día están rodeados de frases hechas; algunas las conocía
y otras no, las aprendí para la novela. Una cosa muy interesante que no sabía
es que cuando ocurre una catástrofe cada uno va a lo suyo.
Hay una cosa que me llama mucho la atención y es que el padre de Isamu nunca
acepta la relación que mantiene con Laura. Cuando ella se empeña en ir a Japón,
¿cómo se lo hubiese tomado él?
Nunca lo sabremos, pero mal,
seguramente. Todo habría dependido también de la respuesta del propio Isamu;
pero gracia no le habría hecho.
¿Y por qué en primera persona? ¿No te ha resultado difícil que fuera
una protagonista femenina?
No, la verdad es que parece a
priori de lo más complicado y luego no. Creo que, además, tiene unos conflictos
que son más universales que femeninos. Entonces no me ha resultado en absoluto
complicado.
Bueno, y háblanos un poco de Laura, su visión de la vida.
Está muy reflejada en el libro.
Es una chica que empieza como muy rebelde y con una visión muy romántica del
amor y a medida que avanza el libro que es
un viaje de ella tanto externo por Japón como interno con sus
propios sentimientos y su propia
realidad y se da cuenta de que las cosas
no son siempre como uno cree o como uno espera y que no son peores por ello,
simplemente diferentes esto hay que asumirlo.
¿Y cómo decides escribir sobre este contexto, el tsunami de 2011?
Pues quería llevarme la novela a
Japón y me parecía un marco muy interesante y necesitaba un conflicto, entonces
pensé que el tsunami era muy buen conflicto y muy buena metáfora. Al principio
no sabía muy bien cómo encuadrar el Japón post-tsunami y al final decidí viajar
en el tiempo y contarlo en la época del tsunami.
Y a medida que vas escribiendo ¿tú te lo vas imaginando como si fuera
una película o ya lo tienes pensado de antes?
Hay algunas cosas que surgen, que
te las encuentras un poco mientras las escribes y otras sí que las tienes más
claras. Siempre es bueno escribir sabiendo hacia dónde vas y el destino tienes
que tenerlo muy claro. Y respecto a eso de imaginármelo como una película… pues
algunas cosas sí, la verdad, será una deformación de guionista; pero sí algunas
imágenes las tenía muy claras en la cabeza, como el avión que no puede
aterrizar, o muchos paisajes.
Y ahora que dices lo de guionista ¿te parece más fácil escribir guiones
o novelas?
Es más fácil escribir novelas
porque tienes más herramientas. Es decir, en el guión siempre estás un poco
pendiente de las limitaciones de producción. Tú tienes que escribir en función
del dinero que hay (en un guión). Si tú escribes algo sobre un ejército de 10.000
personas en un castillo rodeado por explosiones y volcanes pues eso es más caro
a la hora de producirlo que escribir que dos personas charlan en una cafetería.
Sin embargo cuesta el mismo dinero
hablar de las dos cosas en un libro. Eres más libre escribiendo literatura.
Yo a medida que he leído el libro es todo inesperado. Todo da giros. Me
lo imagino de una manera pero nunca acaba así. ¿Cómo te las apañas para hacer
eso?
La verdad es que no es algo que
haga conscientemente en el sentido de «Ah! Aquí sorpresón», pero es parte de la
técnica para mantener alerta al lector. Sí que es verdad que es muy de guión.
Lo que se llama el punto de giro. La novela se va reactivando a sí misma y eso
siempre está bien.
De hecho, gente que se lo ha leído y se imaginaba el final igual que yo
me ha dicho lo mismo que yo pensaba. ¿Por qué? ¿No va a haber continuación?
No lo sé. Quizá la haya. ¡Ojalá!
¿Te gustaría que el libro se llevara a la gran pantalla? ¿Y hacer tú el
guión?
¡Hombre! Claro que me gustaría.
Pero todo depende de muchas cosas. Aunque sí, sí; me gustaría bastante.
Y después de esta, vendrán muuuuchas...
ResponderEliminarMuack.
Gracias por la buenísima entrevista! No conocía al autor y me han gustado mucho sus respuestas. Y su novela tiene muy buena pinta. La tendré en cuenta.
ResponderEliminarBesotes!!!